Sassy Science, una drag queen científica enamorada del grafeno | #CienciaArcoíris

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Sassy Science, microscopía electrónica

Me llamo Mario Peláez Fernández (@sassyscience_), también conocida por los nombres artísticos de Crisis Artrítica o Sassy Science. Nací hace 28 años en Langreo (Asturias), hija de dos maestros de escuela. Mi alma máter es la Universidad de Oviedo, donde hice la carrera de Física. De ahí me fui a la Université Paris-Sud para hacer un máster en Física y Nanociencia y así fue como acabé en Zaragoza haciendo mi doctorado en Microscopía Electrónica de Transmisión, dentro del Instituto de Nanociencia de Aragón (que a ver si lo acabo ya porque madre mía). Aquí es donde el proyecto de Sassy Science ha cobrado forma, en parte por motu propio y en parte por la ayuda prestada, por una parte por mi asociación (SOMOS LGTB+ Aragón), que me dio un espacio seguro en el que poder hacer drag, y por otra parte mi proyecto (Enabling Excellence) que me formó en comunicación y me dio el empujón para hacer un proyecto relacionado con la comunicación científica.

¿Apuestas por la divulgación? ¿Qué te motiva a hacerlo? ¿Cuál es tu formato preferido?

Apuesto por una divulgación rigurosa y de calidad, sin ninguna duda. Creo que para mucha gente es el punto de contacto entre una academia que no siempre es tan abierta como debería y un público general que tiene más ganas de conocimiento de lo que la propia academia cree. Pero, igual que se puede hablar de cisheteronormatividad en el mundo científico, esto también es algo visible dentro del mundo de la divulgación científica. No creo en la idea de que un mismo contenido divulgativo, o una misma forma de comunicar, sea interesante para todo el mundo; y creo que cuando hablamos de hacer divulgación «para todos», muchas veces no estamos enfocándonos en colectivos oprimidos dentro de nuestra sociedad que posiblemente necesiten más de una divulgación que les llame la atención. Supongo que podríamos decir que mi motivación va por dos partes: por una parte, crear un contenido divulgativo teniendo como público objetivo al menos a parte de esos colectivos oprimidos (sobre todo mujeres y personas LGTB+), y por otra parte el intentar romper con la normatividad presente dentro del mundo de la divulgación donde, si bien se empiezan a ver cambios, sigue habiendo mucha caspa.

Supongo que es por esa combinación de motivaciones por las que el drag es, sin duda, mi formato preferido para la divulgación. No sólo es un formato increíblemente visual y que llama la atención desde un primer momento, sino que además a día de hoy es un elemento muy reconocido y admirado, sobre todo, tanto por mujeres cisheterosexuales como por personas del colectivo LGTB+.  Es una forma de arte muy versátil, que incluye desde diseño de outfits a maquillaje, performance y, para algunos artistas, incluso música, lo que lo convierte en un formato que puede encontrar diversas formas de comunicar diversos contenidos. A esto le añadimos el componente político y reivindicativo del drag (que, en mi opinión, es prácticamente la base sobre la que se asienta), que rompe radicalmente con la normatividad (y la cisheteronormatividad, más concretamente) que existe tanto en la academia como en el mundo de la divulgación.

¿Por qué es importante la visibilización del colectivo en el ámbito científico?

La visibilización del colectivo me parece importante en cualquier ámbito, pero aún más en ámbitos donde existe una normatividad explícita, como es el ámbito científico entre otros. Se nos asume un nivel de «seriedad», que honestamente podríamos traducir por «normatividad». Ir a una conferencia y tomarse unas cervezas de más está bastante menos mal visto que ir a una conferencia maquillada (siendo leída como hombre). La verdad es que da que pensar.

Por cosas como esta, y muchas más, es un secreto a gritos que la situación del colectivo en el ámbito científico está muy lejos de ser positiva, desde gente que prefiere cambiarse de carrera a gente que directamente quiere dejar la investigación. A día de hoy el ámbito científico sigue siendo un lugar donde la mayor parte de poder e influencia está controlado por hombres cishetero blancos sin discapacidad (y de mediana edad, cierto privilegio económico…), y cuanto más nos alejamos de ese estándar, más fácil es que nos encontremos con situaciones de discriminación, sean estas más o menos explícitas.

La última razón por la que me parece importante la visibilización del colectivo dentro del ámbito científico es porque a día de hoy no se piensa en nosotres como parte del ámbito científico. Cuando vemos a una persona que se dedica a la ciencia en cine o televisión, no se suele hablar de su identidad de género o de su orientación romántica o sexual; y cuando se habla de ella suele ser para reforzar la idea de una cisheterosexualidad que no siempre se corresponde con la realidad. A lo que me refiero es a que, en líneas generales, si una persona aleatoria se imagina a una persona que se dedique a la investigación, por ejemplo, no van a imaginar a una persona del colectivo aunque existamos dentro del ámbito científico (lo cual también pasa con personas racializadas, personas con discapacidad o incluso con mujeres).

¿Has sufrido discriminación en el laboratorio o centro de trabajo? ¿Lo denunciaste?

Tengo la suerte de tener un ámbito de trabajo donde la mayor parte de la gente me acepta y, en ocasiones, hasta celebra lo que hago. Sin embargo, sí he sufrido discriminación por parte de personas en otro laboratorio; la clase de cosa que cualquier persona del colectivo entendería como discriminación pero en el contexto las personas que lo hicieron lo entendieron como una broma práctica. Preferiría no dar detalles porque, honestamente, la investigación es un campo en el que no sabes nunca con quién vas a colaborar, lo cual hace muy difícil el poder denunciar las cosas abiertamente, por una parte por posibles consecuencias en nuestra carrera y por otra porque muchas veces se va a entender como una broma y se va a poner a la víctima como la persona histérica que se ofende con una broma.

¿Cómo podemos lograr una ciencia más inclusiva?

Creo que no es una tarea fácil ni una tarea rápida, pero estoy segura de que el camino pasa por amplificar las voces de las personas pertenecientes a colectivos oprimidos estructuralmente (ya sean personas racializadas, mujeres, personas LGTB+, personas con discapacidad, etc.) cuando hablamos de nuestra situación en el mundo científico; y escuchando estas voces, ya que muchas veces las cosas que pedimos no son tan imposibles como se nos hace creer. Por poner un ejemplo, desde el colectivo de personas con discapacidad en ciencia se ha pedido desde hace años la posibilidad de asistir a las conferencias por vía telemática, ya que el asistir en persona no siempre es una opción para personas con determinadas discapacidades. Muchas veces estas peticiones se han ignorado aludiendo a una falta de recursos que, cuando todo el mundo ha necesitado de una plataforma online a causa del confinamiento,  han aparecido misteriosamente. Puede ser un ejemplo muy concreto, pero expresa muy bien lo que ocurre muchas veces con los colectivos oprimidos en ciencia: cuando denunciamos que una situación es injusta para nosotres, muchas veces no hay una voluntad de cambio por la otra parte; pero si encontramos el mismo problema de forma masiva, de pronto existen los medios para subsanarlo.

Conoce a más protagonistas en #CienciaArcoíris. 😉

Lydia Gil

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