Investiga que algo queda, el canal de Telegram para comunicar ciencia
¿Conoces Telegram, la aplicación de mensajería similar a WhatsApp? Cuenta con más de 100 millones de usuarios activos y se estima que cada día se envían más de 15 mil millones de mensajes.
¿Sabías que se está utilizando como plataforma de comunicación científica? Un ejemplo interesante es el canal “Investiga que algo queda” en el que participa María García-Puente (@bibliovirtual), bibliotecaria con amplia experiencia en el campo de las Ciencias de la Salud y autora del blog Biblioteca Médica Virtual.
Los canales de Telegram son una herramienta con la que puedes difundir mensajes públicos a grandes audiencias, y tienen un número ilimitado de miembros. Son parecidos a los grupos que creas entre usuario, pero en los canales sólo los administradores podrán escribir, mientras que el resto de usuarios se limitará a leer lo que ponen.
¡Hola, María, bienvenida a Social Media en Investigación! Cuéntanos en qué consiste el proyecto “Investiga, que algo queda”.
¡Hola, Lydia! Investiga, que algo queda es un canal de Telegram (http://t.me/investigamos) donde los usuarios suscritos reciben, una vez a la semana, una noticia relacionada con cualquier aspecto de la investigación. Somos conscientes de que vivimos en una sociedad sobreinformada donde nos encontramos expuestos a un bombardeo constante de información de cualquier tipo y desde cualquier medio. Investiga, que algo queda es un canal donde se ha hecho previamente una curación de contenidos: cada noticia tiene que ser revisada y aceptada por al menos dos miembros del equipo antes de pasar a formar parte de las noticias para enviar. Estoy hablando de noticias, pero también enviamos información sobre herramientas, consejos, información práctica, enlaces a libros o blogs… cualquier cosa útil y relacionada con la investigación en cualquiera de sus fases. A veces nos centramos mucho en investigación en Ciencias de la Salud, ya que los componentes del grupo estamos directamente relacionados con ese campo, pero la mayor parte de la información que enviamos se podría aplicar a cualquier campo.
¿Quién está detrás? ¿Cómo os organizáis?
La idea surgió en junio de 2018. En una conversación de Twitter entre Iván Herrera (@ihpeco), José M. Morán (@jmmorang) y yo decidimos montar un grupo de Telegram con el fin de montar algo relacionado con la formación en investigación. Coincidió que Chema Cepeda (@ChemaCepeda) me entrevistó en su podcast Hackeando la Salud y hablé de este grupo. A raíz de esto se unieron Oskia Agirre (@Oskao), Daniel Cuesta Lozano (@CuestaLozano) y Elena Pastor (@ElenaPastor). Entre los 6, tras el verano y ya organizados y con las ideas más claras, pusimos en marcha el canal de Telegram con la idea de que fuera un trabajo en grupo, asíncrono y distribuido.
Para el trabajo interno, además del grupo de Telegram para comunicarnos, creamos una Excel para ir almacenando noticas, mensajes, post, herramientas, enlaces, etc. Cada fila de la Excel es para una noticia y consta de varios campos: fecha de inclusión, un título, cuerpo de la noticia con sus enlaces e imagen si procede. Además, hemos añadido algunos campos más: un campo en el que ponemos el nombre de la persona que ha aportado la noticia y dos campos más de revisión. Y es que una noticia no sale al canal si no ha sido validada al menos por dos miembros del equipo. Es una especie de peer review de andar por casa, pero nos sirve un poco para filtrar las noticias que compartimos. También tenemos un apartado de comentarios, aunque es verdad que los solemos hacer en nuestro grupo de Telegram y no en el Excel.
¿Qué características de Telegram destacarías sobre otras aplicaciones de mensajería?
Telegram es una aplicación de mensajería del estilo de Whatsapp, pero con algunas características que lo hacen diferente. Por ejemplo, Telegram cifra los mensajes, lo que hace que sea un medio mucho más seguro que Whatsapp. También permite crear canales, que son grupos unidireccionales. Es decir, el administrador o administradores (admite varios), pueden enviar mensajes que le llegan a todos los usuarios suscritos a ese canal, pero estos usuarios no pueden contestar. Sin embargo, nos quedamos con el punto positivo: en un canal de Telegram como el nuestro, los usuarios suscritos reciben contenidos curados (información seleccionada) y se evitan los mensajes spam que a menudo invaden los grupos convencionales. Otra cosa interesante de Telegram que no existe en Whatsapp son los chat secretos, que usan cifrado end-to-end, no dejan rastro en el servidor, tienen autodestrucción y además no se pueden reenviar los mensajes compartidos en ese chat privado.
Puedes usar Telegram como repositorio personal donde enviarte enlaces y archivos de todo tipo que luego podrás recuperar en cualquier dispositivo.
En Telegram también puedes seguir a bots e interactuar con ellos. Si te gusta el cine, por ejemplo, puedes seguir a @imdb (http://t.me/imdb), o si lo tuyo es la política puedes seguir a @politi_bot (http://t.me/politi_bot) que además de enviarte las noticias te hará preguntas para ir dirigiendo la conversación. ¿Ttienes ratos tontos pero no tienes instalado ningún juego en el móvil? Puedes seguir al bot de juegos @gamee (http://t.me/gamee).
Algo que está muy bien es que puedes crearte un alias para compartirlo con otros usuarios de Telegram para que puedan chatear contigo sin que sea necesario que tengan tu número de teléfono.
¿Está la comunidad científica en Telegram?
La verdad es que yo sólo conozco el ámbito de las Ciencias de la Salud. Hay bastantes grupos y canales, como ejemplo de grupo os puedo hablar del de Red-NuBE, especialistas en Nutrición Basada en la Evidencia donde intercambian información altamente cualificada sobre estos temas; como canal os voy a citar el de Teresa Pérez (@duedevocacion), enfermera con gran presencia en redes sociales y que tiene un canal sobre comunicación y curación de contenidos (http://t.me/Duedevocacion_salud).
¿Cuáles son las ventajas de usar un canal de Telegram en comunicación científica?
Quizás porque su uso como herramienta de mensajería no está muy extendido, he visto que se está utilizando mucho para crear grupos y canales de carácter profesional. El hecho de que se puedan compartir archivos fácilmente y se puedan almacenar y recuperar desde la versión de escritorio, hace que sea una herramienta perfecta para trabajar en grupo. Estoy segura de que existen ya bastantes bots muy útiles para la comunidad científica y que empezarán a salir muchos más gracias a la facilidad de creación de los mismos.
¿Podéis saber a qué tipo de público estáis llegando?
Hace unos meses hicimos una encuesta porque queríamos preparar un póster para un congreso, pero la verdad es que no llevamos un análisis de los suscriptores. En esa encuesta vimos que casi todos los seguidores procedían de España. En general todos estaban relacionados con las Ciencias de la Salud y teníamos desde estudiantes a profesionales sanitarios, profesores de universidad e investigadores. Pero realmente es un canal anónimo en el sentido de que no es necesario registrarse. Ahora mismo rondamos los 680 suscriptores y la encuesta la hicimos cuando teníamos unos 200.
¿Cómo hacéis la difusión del canal?
Al principio difundimos sobre todos desde nuestros perfiles de Twitter. Yo también hice un post para mi blog. Hace unos meses creamos un perfil específico del canal para tener presencia en Twitter y recibir el feedback que no podemos recibir a través del canal. Sabemos que casi todo el mundo ha llegado al canal a través de algún tuit, pero también funciona muy bien el boca-oreja. Incluso aparecer en entrevistas como esta es un buen método para darnos a conocer.
¡Muchas gracias por aceptar la invitación, María! 😉
Foto portada: María García-Puente
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