Francesc Gascó, paleontólogo y youtuber | #CienciaArcoíris

Hoy en #CienciaArcoíris conocemos a:

Francesc Gascó (@El_Pakozoico), paleontólogo

Soy de Llocnou de la Corona, un diminuto pueblecito de la provincia de Valencia. Desde muy temprana edad estuve muy interesado en la ciencia, la naturaleza y la paleontología, así que estudié Ciencias Biológicas para convertirme en paleontólogo. Tras terminar mis estudios de Biología, me matriculé en el Doctorado en Paleontología en la Universidad Autónoma de Madrid, y realicé mi tesis doctoral en Teruel. Tras doctorarme, me he centrado en la divulgación, aunque mantengo activa mi faceta de investigador, solo que a tiempo muy parcial.

¿Apuestas por la divulgación?

Por supuesto, es mi principal trabajo, ocupación y fuente de ingresos. Empecé a divulgar en mi antiguo blog cuando todavía era estudiante, y con el tiempo se ha convertido en mi principal ocupación.

¿Qué te motiva a hacerlo?

Desde jovencito me di cuenta de que no me costaba un gran esfuerzo comunicar. Y siempre he consumido muchos formatos de divulgación científica: libros, revistas, documentales… con el tiempo me di cuenta, desde un punto de vista más crítico, que se podía hacer divulgación mejor en mi especialidad, y me lancé a crear los contenidos que a mí mismo me gustaban, pero con mi estilo, y buscando llegar a la mayor variedad de personas posible.

¿Cuál es tu formato preferido?

Si me tengo que quedar con uno por encima de todos los demás, elijo el formato en vídeo. Desde niño me he sentido muy fascinado por los documentales y tengo el sueño de hacerlos yo mismo. Aúnan lo mejor del cine y de la divulgación científica, para mí son sin duda mi formato favorito.

¿Por qué es importante la visibilización del colectivo en el ámbito científico?

Creo que es no solo importante, sino necesario. Mucho. Yo, pese a tener una vocación clara desde niño, llegué a tener dudas por culpa de esto. Todos los referentes (o su mayoría) en paleontología eran hombres heterosexuales caucásicos, y de una manera indirecta, sentía que no encajaba. Me mantuve mucho tiempo dentro del armario en parte por creerme el único (o de los pocos) homosexuales en el mundo de la investigación, que además tiene esa imagen de seriedad extrema. Por suerte eso está cambiando, junto a lo demás: se está visibilizando que las personas que hacen ciencia son personas muy diversas, con variedad de inquietudes y estilos de vida, y eso es muy positivo. Cuanto más diversa e inclusiva sea la imagen que damos las personas científicas, será más difícil que se frustren vocaciones por falta de «apoyo» de referentes.

¿Has sufrido discriminación en el laboratorio o centro de trabajo? ¿Lo denunciaste?

Lo cierto es que no sufrí discriminación alguna. Pero como ya he dejado caer, no conocer más personas LGBT+ hizo que creyera que esa parte de mi vida debía quedar oculta, que no debía compartirla. Así que yo no era abiertamente homosexual ni en mi etapa de estudiante, ni en mi etapa del doctorado. Por eso es tan positivo que estemos logrando una comunidad científica más diversa e inclusiva, para que la gente no pase por ese miedo al que dirán, o ese miedo al rechazo por falta de diversidad en sus ambientes de estudio o trabajo.

¿Cómo podemos lograr una ciencia más inclusiva?

Recuerdo que hace un par de años hubo una pequeña trifulca en una carta a una revista científica muy puntera acerca de la visibilización de las personas jóvenes que hacen ciencia. El debate empezó con una carta en que se despotricaba de una investigadora joven por usar Instagram para compartir su día a día, que incluía su trabajo en el laboratorio. En tal carta se decía que «todo el tiempo invertido en esa red social era tiempo que podía usarse para obtener más resultados científicos». Y se lió una buena. Es un debate que en ocasiones he visto de cerca. ¿Adónde quiero llegar con esto? A que yo soy un firme defensor de visibilizar a las personas que hay haciendo ciencia. Creo que es otra manera de hacer divulgación científica y despertar vocaciones: compartir con el mundo que no somos bichos raros, ratas de laboratorio. Que somos personas muy reales y diversas y que cualquier niña o niño puede soñar con ser el científico o la científica que quiera. En ese sentido, creo que una ciencia más inclusiva pasa por visibilizar a las personas que hay detrás de los descubrimientos y humanizarlas: ir más allá del investigador o investigadora, y dejar ver que somos personas reales. Vivimos un momento que puede ser maravilloso para conseguirlo, las redes sociales pueden ser nuestro aliado para demostrar lo únicos y diversos que somos, y como una ciencia diversa e inclusiva es una ciencia más crítica, más sana y más humana.

Conoce a más protagonistas en #CienciaArcoíris. 😉

Lydia Gil

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