Hoy en #MujeresDivulgadoras edición latina nos vamos a Brasil para conocer a:
Germana Barata, bióloga y periodista científica
Soy Germana Barata, investigadora del Laboratorio de Estudios Avanzados en Periodismo (Labjor) de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), en Brasil. Soy licenciado en biología, magíster y doctor en historia social por la Universidad de São Paulo (USP), especializado en Periodismo Científico por la Unicamp.
Actualmente, soy coordinadora del curso de especialización en periodismo científico de la Unicamp, curso en el que me gradué en 2000, en primera promoción. Soy parte de la red internacional PCST y el actual directorio de la Asociación Brasileña de Editores Científicos (ABEC). Siempre comprometida con la investigación, la práctica y la política científica en Brasil. Mi área de especialización es multidisciplinar: historia de la ciencia, comunicación científica, redes sociales, divulgación científica, altmetría.
¿A qué te dedicas?
Me he dedicado a mejorar la visibilidad de la ciencia brasileña, especialmente la publicada en revistas científicas de acceso abierto. Trabajo mucho para cambiar la cultura científica y mostrar que la comunicación de la ciencia es una buena estrategia y fundamental para el trabajo de todo científico e investigador. Altmetrics – métricas complementarias que miden cómo se comparte un artículo científico en plataformas en línea – ha sido un indicador importante para valorar y monitorizar el trabajo de divulgación de la ciencia a audiencias especializadas y no especializadas.
Creo que la comunicación científica necesita entrar definitivamente en el currículo de todos y cada uno de los futuros científicos, en los cursos de educación superior, no porque todos tengamos que ser divulgadores científicos, sino que todos debemos involucrarnos más en la comunicación con la sociedad y facilitar la comunicación.
¿Por qué es importante la divulgación para la sociedad?
La divulgación de la ciencia está históricamente ligada a la construcción del conocimiento científico. El conocimiento, a priori, tiene la función de mejorar la vida humana, avanzar en las posibilidades de resolución de crisis, problemas, fomentar la capacidad creativa, innovadora. Pensar y conocer el mundo que nos rodea es parte de nuestra naturaleza.
La finalidad de las publicaciones científicas no se reduce a citas y usos en otros trabajos científicos, sino a llegar y ayudar a transformar la sociedad. La comunicación científica es parte fundamental del proceso de construcción científica. La palabra «publicación», tan presente y relevante en la carrera científica, significa hacerla pública. Por tanto, la difusión de la ciencia debe formar parte cada vez más de la tarea de todos y cada uno de los científicos.
La pandemia de Covid-19 nos ha demostrado claramente que la ciencia ya no puede ser parte del debate público, a costa de amenazar su propia existencia.
¿Qué te motiva a apostar por la divulgación?
Son tantos los increíbles resultados de las investigaciones realizadas que no llegan al conocimiento público; tanto conocimiento basado en evidencia científica que puede ayudarnos a aumentar las posibilidades de tomar decisiones correctas; tanta belleza, creatividad, diversión e innovaciones sencillas, baratas y accesibles para la población que no llegan al mercado ni a nuestras vidas. Difundir la ciencia es revelar este conocimiento humano tan rico y es contribuir a empoderar a las personas para que tomen decisiones diarias más respaldadas por información relevante, con menos posibilidades de manipulación.
¿Cuál es tu formato preferido?
Esta pregunta es difícil, porque como promotora de la ciencia he estado actuando más en el análisis en las redes sociales. Entonces me gusta mucho Instagram, Twitter y TikTok, aunque en esta red joven soy más un espectador que un productor de contenido. Me gustan las posibilidades que nos brinda cada medio, las distintas audiencias a las que podemos llegar en cada red social, ya sea a través del periódico, revista, TV, radio, podcast, cine, exposiciones, música, teatro… Un promotor debe estar conectado y experimentar las múltiples posibilidades. Como consumidor de contenido científico, me encantan los podcasts, los documentales y los libros, sí… los libros.
¿Quién es tu científica favorita? ¿Por qué?
He admirado a muchas mujeres científicas en Brasil. Conocer a nuestros científicos es el primer paso para admirarlos. Si bien las mujeres ya son mayoría en Brasil y publican la mayoría de los artículos científicos indexados internacionalmente, las científicas brasileñas –como en el resto del mundo– siguen siendo mayoría entre los miembros de la Academia Brasileña de Ciencias (11%), entre los Becarios de productividad del CNPq (Beca del mayor financista de investigación del país que reconoce a científicos relevantes en cada área). Por eso valorar a nuestros científicos es parte de nuestra rutina de divulgación científica, ya que siempre cuidamos que nuestros textos periodísticos los tengan siempre mujeres y voces negras, aún más invisibles en mi país donde la mayoría son negros y morenos (54%) y mujeres (52%). Entre ellos se encuentran el químico Vanderlan Bolzani, la bióloga molecular Helena Nader, las físicas Zélia Ludwig y Márcia Barbosa, la historiadora Cristiana Meneghello, la meteoróloga Ana Ávila, la científica social Leda Gitahy, la filósofa Djamila Ribeiro, la veterinaria Flávia Miranda, neumóloga Margareth Dalcomo y tantos otros. Son mujeres que trabajan en la defensa de las mujeres y niñas de la ciencia, más inclusión de las mujeres negras, mujeres líderes en las sociedades científicas, en sus instituciones que están ayudando a romper el llamado techo de cristal que impide o dificulta que más mujeres lleguen a lo más alto del mundo. Ciencias. Mujeres brillantes que trabajan por una ciencia de calidad y más inclusiva.
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