Hoy en #CienciaArcoíris: visibilizando la diversidad (2ª edición) conocemos a:
Ana Amigo, especialista en teoría queer y educación
Estoy interesada, desde un punto de vista tanto activista como académico, en la forma en la que se establecen las relaciones de poder y en cómo estas afectan a quienes se alejan del ideal hegemónico. Las líneas de investigación en las que trabajo actualmente tienen relación con las pedagogías y las metodologías queer, así como con la genealogía e historia bisexual. Recientemente he defendido mi tesis doctoral, que analiza la escuela como espacio de reproducción de discursos cisheteronormativos y en la actualidad me encuentro cursando el Máster Universitario en Estudios Culturales y Artes Visuales (Perspectivas Feministas y Cuir/Queer) de la Universidad Miguel Hernández de Elche, en el que desarrollo un trabajo de investigación sobre la historia del colectivo bisexual en el contexto español.
Por otra parte, participo de manera activa en el activismo LGBT gallego a través de la organización Avante LGBT+ y soy responsable del proyecto Dog Save the Queer, que se materializa a través de un blog y una página de Facebook en las que se difunde información, noticias u obras artísticas con la finalidad de llevar a la reflexión sobre el género, la sexualidad, el cuerpo, la norma y otros conceptos relevantes. También soy una de las fundadoras del proyecto Rede Galega de Estudos Queer, que tiene el objetivo de difuminar los límites entre la academia y el activismo, así como de favorecer el debate, la colaboración y la creación de sinergias entre investigadoras gallegas que trabajan en el ámbito LGBT+.
¿Por qué es importante visibilizar el colectivo LGTBIAQ+ en el ámbito científico?
Para dar cuenta de que el espacio académico no es homogéneo. Tradicionalmente el ámbito científico ha asumido como verdadera y neutral una única perspectiva, patriarcal y cisheterosexista entre otras cosas. Visibilizar otras realidades pone sobre la mesa el hecho de que puede haber otros enfoques y, al mismo tiempo, confío en que ayude a que nuestras realidades sean más vivibles en las universidades y facilite la organización entre nosotras. Cabe destacar que la visibilidad, por sí misma, no es suficiente; ya que puede ser empleada como una herramienta de asimilación por parte de las instituciones. Pero considero imprescindible que esta se emplee como una estrategia más.
Como decían desde Queer Nation: «We’re here. We’re queer. Get used to it.» (Estamos aquí. Somos queer. Acostúmbrate a ello).
¿Has sufrido discriminación en tu laboratorio o centro de trabajo? ¿Lo denunciaste?
Todavía no he tenido ocasión de trabajar en el ámbito académico. El hecho de no haber logrado acceder a una beca predoctoral de contrato durante el desarrollo de mi tesis, además de perjudicarme económica y académicamente, ha hecho que trabaje la mayor parte del tiempo desde casa, por lo que no me he tenido que enfrentar a ninguna situación discriminatoria.
¿Cómo podemos lograr una ciencia más inclusiva?
Me pregunto si inclusiva es la palabra. Siempre se habla de inclusión, como alternativa a la integración, pero como dice Francesco Tonucci hablando de educación, a mí la palabra inclusión me suena insuficiente. Considero que debemos cambiar la forma en la que se hace y se percibe la ciencia, no es suficiente ampliar los márgenes para que quepamos más, ya que siempre tendrán prioridad quienes se acerquen lo más posible al ideal hegemónico. Parece que tiene algo de peligroso hablar de inclusión, porque siempre hay alguien que incluye a las personas más vulnerables; la intención es buena pero el paradigma se mantiene intocable en cierta medida. Creo que debemos darle la vuelta a la tortilla y aprender a repensar la academia desde esos otros lugares.
¿Apuestas por la divulgación? ¿Qué te motiva a hacerlo? ¿Cuál es tu formato preferido?
Sí, considero que esa labor de comunicar y compartir conocimientos es imprescindible y tengo la sensación de que, por suerte, esta forma de pensar es habitual en campos como las teorías queer y los feminismos. Además, me parece imprescindible el lugar de debate y aprendizaje que se crea en ciertos espacios. El conocimiento no lo genera una persona muy lista sentada en su torre de marfil, el conocimiento se genera de manera colectiva y creo que es importante empezar a darle a esto la importancia que merece.
Dog save the Queer fue mi primer espacio relacionado con la divulgación. Un blog y una página que nacieron para abordar temáticas relacionadas con los feminismos y las teorías queer y que ahora cuenta con casi 7.000 seguidoras. Un espacio que fue creado para aprender, debatir y enseñar aquello que yo iba conociendo y que, con casi 3 años de actividad y unas cuantas oleadas de acoso a sus espaldas, sigue en pie haciéndome llegar personas tan bonitas como las chicas de Kaótica Libros (editorial que os recomiendo muchísimo).
¿Quién es tu científico/a/e favorita?
Me resulta muy complicado responder a esto. No podría escoger solo a una persona, así que me centraré en el entorno más cercano para evitar extenderme demasiado.
En el campo de los estudios queer valoro muchísimo el trabajo de la que fue una de mis directoras de tesis Renée DePalma, también el de Mavi Carrera, Lucas Platero, Gracia Trujillo o Carmen Romero, por ejemplo. También me parece imprescindible el trabajo académico, activista y de divulgación que están llevando a cabo personas que están, como yo, todavía en los inicios de su carrera académica; amigas y compañeras como Xandre Garrido, Daniela Ferrández, Ártemis López, Daniel Amarelo, Rosa María García o Estrela Rivas, entre otras personas.
Perfiles en redes sociales
- Twitter: @Ana_Amigo_V, @RedeQueer
- Facebook: @dogsavethequeer
- Blog: https://savethequeer.blogspot.com/
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