Charlando con Javi Polinario sobre comunicación científica

Javi Polinario, comunicación científica

Las universidades están trabajando duro para incrementar la relación y comunicación entre los científicos, sus resultados y la propia institución con los emprendedores y las empresas innovadoras.

La comunidad científica se ha dado cuenta de la importancia que supone para la sociedad y para ellos mismos el hecho de divulgar sus trabajos.

Debería haber una mente más abierta para aceptar las nuevas formas de comunicación como redes sociales y blogs, en las que la temática de la investigación sea el centro de interés de los miembros de la comunidad.

Hoy en “Charlando con los expertos” viajamos a la ciudad de Vilanova i la Geltrú para conversar con el periodista, productor audiovisual y comunicador digital especializado en el ámbito científico:

Javi Polinario

Líder de RecerCom, una agencia de comunicación especializada en la difusión y divulgación de conocimientos científicos y de resultados de proyectos de investigación y de innovación.

Ha asesorado en la puesta en marcha de las redes sociales de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) de la Universidad Rovira i Virgili y ha colaborado en proyectos de investigación de la Universidad Politécnica de Cataluña.

En 2012 puso en marcha su blog personal en el que podrás encontrar guías y consejos sobre comunicación científica 2.0.

¡Hola Javi! Bienvenido al blog Social Media en Investigación. Háblanos un poco sobre ti…

Hola. Antes de nada, gracias por proponerme esta entrevista. Me gusta mucho lo que estás haciendo con Social Media en Investigación. Lo tengo como una referencia.

Pues bien, yo soy periodista y relaciones públicas y en los últimos años me he especializado en comunicación 2.0. y redes sociales. También tengo formación en producción audiovisual, un mundo que me apasiona.

A lo largo de mi carrera, he trabajado para diferentes medios de comunicación, tanto en prensa escrita como radio, televisión y agencias de noticias. Pero en los últimos años he ofrecido mis servicios de comunicación corporativa, sobre todo en social media, a diferentes empresas e instituciones como freelance.

Además, en los últimos meses, me han llegado algunos proyectos que estaban relacionados con la ciencia y la investigación y la casualidad me despertó el gusto por este sector, hasta el punto de trabajar para especializarme y crear la marca RecerCom.

Recientemente habéis lanzado vuestro proyecto RecerCom, ¿en qué consiste? ¿Quiénes formáis el equipo de trabajo?

RecerCom es una agencia de comunicación especializada en la difusión de proyectos científicos. Con este proyecto personal consigo mezclar mi experiencia y mi afición para ponerla a disposición de aquellos investigadores, grupos y centros de investigación y empresas innovadoras que necesitas una ayuda para comunicar los resultados de sus investigaciones.

Para RecerCom cuento con un equipo de colaboradores especializados en diferentes áreas: diseño gráfico, web, vídeo, etc.  Son profesionales de confianza, con los que he trabajado alguna vez, que además de ser buenos en lo suyo, nos entendemos fantásticamente para poder trabajar cómodamente.

Recercom

En España, ¿cuáles son los sectores más implicados en la comunicación científica?

Desconozco si hay datos sobre cuál es el sector más implicado en la divulgación de sus investigaciones. Lo que sí creo es que no se trata tanto de un sector u otro. Creo que quién hace más o menos comunicación viene determinado por dos motivos.

Por un lado, creo que depende más bien de quién hay detrás de cada investigación, de sus ganas, sus intenciones y de su capacidad para ver la necesidad de comunicación y para ejercerla. Es un acto de voluntad, inquietud y motivación de trabajar este aspecto: la comunicación. Y depende de la forma de ser y de hacer de cada investigador o centro de investigación, sea del sector que sea.

Y por otro lado, también influyen los condicionantes de interés mediático. Es decir, es más fácil divulgar y hacer llegar al ciudadano aquellos estudios que cumplan ciertos criterios como ser relevante y aplicable al día a día de la sociedad o solventan problemas, sacian la curiosidad de la gente o son atractivos per se.

Y en este sentido, los sectores que creo que salen más beneficiados por estos criterios de interés mediático creo que son el de la Salud: asuntos médicos, estudios sexuales, dietas y nutrición, etc.  Y también los relacionados con la tecnología: robótica, telecomunicaciones, astronomía, nuevos gadgets…

¿Se potencia la comunicación entre los científicos y las empresas?

Las universidades, principalmente, están trabajando duro para incrementar la relación y comunicación entre los científicos, sus resultados y la propia institución con los emprendedores y las empresas innovadoras.

A través de las oficinas especializadas en la transferencia tecnológica se está haciendo un buen trabajo y se potencia cada vez más. En parte por el interés mutuo: las empresas receptoras de esta tecnología quieren saber más y tener información de primera mano de lo que están adquiriendo y para las instituciones que la generan no deja de ser una parte de su financiación.

¿Y qué pasa con los medios de comunicación?

Los medios de comunicación están muy interesados en ciencia, sobre todo –como decía antes- en esa ciencia aplicada, fácil de contextualizar y que resuelve curiosidades. Y cada día podemos ver decenas de titulares que intentan atraer al lector con ese criterio de la curiosidad o la sorpresa.

Ahora bien, en el sector de la ciencia no está muy bien visto este tratamiento que hacen los medios de las investigaciones serias, ya que pueden dejar en una simple anécdota un estudio complejo que ha supuesto mucha dedicación, tiempo, esfuerzo y dinero. Y que además es útil para algo más que para saciar una curiosidad de quien ojea la prensa o las redes sociales.

En los medios existen dos condicionantes para explicar ciencia. Por un lado, debe atraer a la audiencia. Aquí hablamos de dinero, de conseguir más lectores o share, por eso los temas deben ser o muy relevantes para el progreso de la sociedad, o muy llamativos para la gente de a pie, o se tienen que convertir fácil en un espectáculo. Este es uno de los criterios para que la ciencia pase el filtro de los editores o jefes de redacción. Ahora bien, no es nada diferente a lo que pasa con otros temas de la actualidad. Los medios llevan mucho tiempo espectacularizando la información, no sólo la ciencia.

Y por otro lado, el segundo condicionante para explicar ciencia en los medios son las rutinas de producción, principalmente el tiempo y el espacio. Es decir, como también pasa con el resto de contenidos en los medios, cómo se trata la información depende del tiempo que tiene el periodista para preparar el tema (recordemos que la actualidad se renueva cada día o cada hora y las redacciones están prácticamente vacías, por lo que hay periodistas asumiendo más de lo que pueden). También influye el tiempo que ocupa en los medios audiovisuales (¿cómo van a explicar en un informativo una investigación compleja si sólo se destina un minuto por cada noticia?) o el espacio que se le puede reservar en la prensa escrita.

¿Qué dificultades se presentan a la hora de comunicar la ciencia?

La principal dificultad que nos encontramos a la hora de comunicar la ciencia es el encaje de ambos mundos.

Me explico. Es esencial entender cómo funcionan la ciencia y cómo los diferentes canales y soportes de comunicación. Porque la ciencia tiene un ritmo, se basa en unos datos cogidos con extrema prudencia, es muy concreta, trabaja con muchos detalles que hacen los estudios complejos (que no difíciles)…

Y en cambio, los comunicadores científicos tenemos que ajustarnos al formato, enfoque, mensaje, ritmo, lenguaje, etc. de esos canales de comunicación donde está la gente, ya sean medios de comunicación, redes sociales, conferencias, etc. que normalmente son totalmente contrarios a los que utiliza la ciencia.

Es difícil este “match”, ya que a veces tenemos que recurrir a simplificar, a contextualizar con la vida diaria, a utilizar metáforas o comparaciones, etc. Y a veces a los científicos no les suelen gustar porque les puede parecer banal o trivial esta forma de explicar su investigación. Pero para que la comunicación sea efectiva, hay que acercarse al público en un lenguaje que entienda. Ahí está la lucha.

¿Qué habilidades debe desarrollar un científico para comunicarse adecuadamente con la sociedad?

En primer lugar, el científico debe ser consciente de la importancia de la comunicación de su trabajo y tener cierta preocupación intrínseca para que se hagan acciones de comunicación y para que se consiga llegar al público que se quiere llegar.

En segundo lugar, el científico debe involucrarse en la comunicación. Porque sin él o ella motivado, la comunicación no fluirá desde el inicio. Me explico, en la comunicación científica se elaboran dos discursos: por un lado el del científico hacia el comunicador y, por otro, el del comunicador dirigido al público. Si el primero no está explicado con la suficiente motivación e implicación, el comunicador puede tener problemas para detectar lo más relevante, el rigor de cada resultado, lo más atractivo, etc. Este primer mensaje de la comunicación científica que elabora el investigador determina cómo será el último, por mucho que los intermediarios intentemos vestirlo, mejorarlo y plasmarlo en un lenguaje diferente.

Y por último, los científicos deberían desarrollar las habilidades propias para comunicarse en los diferentes canales. Si es que lo quieren hacer ellos mismos. Es decir, deberían conocer cómo funcionan los medios y el lenguaje periodístico para dirigirse a ellos, cuáles son las mejores redes sociales y la forma en la que se tiene que estar presente, cómo pueden sacar el máximo partido a un blog, etc.

Las dos primeras son aptitudes y voluntades que tienen que ver más con la forma de ser de cada investigador. En cambio la última se aprende o se subcontrata.

¿Qué recomendaciones harías a los investigadores para crear potentes estrategias de comunicación científica?

Para conseguir una estrategia de comunicación científica realmente potente, personalmente recomiendo a los investigadores o quiénes se dedican a hacer comunicación científica, que intenten abarcar diversos medios.

Es decir, yo les diría que mantengan sus formas de comunicación habituales como papers, workshops, congresos, etc. Pero que además le sumen el máximo de acciones posibles: campañas de medios de comunicación, redes sociales y blog, newsletter, vídeos, conferencias en colegios, etc.

Como estrategia es importantísimo llegar por diferentes sitios. Cuanta más presencia se tenga, mejor. Ahora bien, siempre que esté bien planificada y pensada, por tal de optimizar recursos económicos y humanos y para homogeneizar la comunicación para que sea coherente. Es necesario tener un mismo mensaje pero adaptarlo a los diferentes estilos, formatos y criterios de cada canal o medio.

Y sobre todo establecer bien los tiempos y el calendario, para que las diferentes acciones se vayan llevando a cabo de forma progresiva y no todas de golpe o sin criterio o sobre la marcha.

Así pues, una estrategia potente es la que implica diversos canales y formatos pero bien pensada: quizás no se debe estar en todos los medios al cien por cien y podemos obviar algún canal donde creemos que no encontraremos nuestro público, quizás no deben empezar todas las acciones a la vez el día 1, etc.

También recomiendo, sobre todo porque lo hace la Comisión Europea, que la comunicación de un proyecto de investigación no se haga sólo al final, cuando se han obtenido los resultados, sino que se haga antes de empezar a investigar, durante el tiempo que se está investigando y después de finalizar y presentar los resultados. Sólo así puedes llegar a hacer que sea realmente efectivo el trabajo en comunicación.

¿Existe reticencia en la comunidad científica para realizar la divulgación de sus trabajos o es una apuesta real?

Creo que la comunidad científica se ha dado cuenta de la importancia que supone para la sociedad y para ellos mismos el hecho de divulgar sus trabajos. Y al darse cuenta, lo tienen como una apuesta real.

Y es que es algo muy interesante. Primero porque la gente es conocedora de qué hace la ciencia y cómo avanza la sociedad. Y además es bueno para los propios investigadores y los centros de investigación porque pueden incrementar su prestigio al poder explicar qué hacen y cuál es su contribución. E incluso, por el hecho de comunicar, se puede llegar a influir sobre los grupos de interés (políticos, empresarios, ciudadanos, etc.), en el caso de que sus investigaciones den como resultado la necesidad de un cambio de decisión (leyes, compra de productos, estrategias gubernamentales, etc.).

Muchos se han dado cuenta de todo esto y quieren hacerlo y se preocupan porque así sea. Aunque también es cierto que encontramos investigadores que sólo quieren investigar, pero igualmente están predispuestos a hacer comunicación de sus resultados, sólo que hay que ir a buscarlos.

Lo que sí hace falta para fomentar más esta faceta de la investigación que es la parte de la comunicación y divulgación de los resultados son más recursos en los gabinetes de comunicación de las diferentes universidades y centros de investigación para poder atender todo lo que generan. Y también más formación para que estos investigadores motivados en comunicar puedan desarrollar sus propias estrategias de comunicación.

Es cierto que últimamente desde la FECYT y otras entidades e instituciones se están poniendo recursos para fomentar la comunicación científica, pero aún así es necesario un poco más de soporte.

En Social Media en Investigación estamos convencidos que la ciencia interesa sólo es cuestión de saber comunicarla mejor. ¿Dónde se falla?

Es cierto que la ciencia interesa y que hay que comunicarla mejor. El fallo está en que muchos de los investigadores o comunicadores científicos aún no han hecho un cambio de chip real.

Me explico, a pesar de que me puedo ganar algún enemigo. Para muchas de las personas que llevan mucho tiempo en este sector, la comunicación científica pasa por publicar un paper en Nature y por ser el primer autor en la lista de autores de un artículo conjunto. Esto está muy bien, y no debemos perder de vista que durante mucho tiempo todavía va a ser lo más importante a la hora de marcar la visibilidad y el impacto de la ciencia que se hace.

Pero hay que cambiar el chip en dos sentidos. Por un lado, el sector debería ser un poco más flexible en cuanto a la forma en la que se publican los contenidos científicos. Aunque sé que es difícil, estaría bien que fuesen capaces de no enfadarse o molestarse porque no salgan todos los detalles, matices, metodología, etc. que abarca una investigación e intenten aceptar esa simplificación que se hace para que sea más atractiva aunque a veces espectacularice y distorsione la investigación, ya que parece ser que es la forma cómo la gente la quiere consumir. De otra forma más espesa, la gente la rechaza. Sólo hay que hacer un poco la vista gorda ante estas formas de transmitir el mensaje que funcionan como caramelitos para llamar la atención sobre la curiosidad de la investigación. Y después hay que facilitar que quién quiera saber más detalles y con más rigurosidad tenga algún sitio donde pueda informarse (web, blog, etc.).

Y por otro lado, también debería haber una mente más abierta para aceptar las nuevas formas de comunicación como redes sociales y blogs para crear pequeñas comunidades online en las que la temática de la investigación sea el centro de interés de los miembros de la comunidad. En este sentido, el hecho de no utilizar las redes sociales por la razón que sea (porque implica mucho tiempo, porque no son un formato adecuado para la transmisión de conocimiento reflexivo, etc.) es un error, ya que si queremos llegar a la gente, tendremos que ir allí donde está.

¡Muchísimas gracias, Javi! Ha sido un placer…


Sigue a Javi Polinario en su cuenta de Twitter y a RecerCom para estar informado de contenidos relacionados sobre comunicación científica.

Foto portada: @javipolinario


Lydia Gil

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